La Ramera

Como empezó nadie sabe su rutina muchas odiaron muchos hombres celebraron sus perfumes abrazaron.

Sonreía por momentos fingidos lloraba sus lamentos ocultos maquillajes del negocio sus ropajes sin prejuicios.

Entra uno, sale otro, dejan dinero, burla del amor, ella se alegra como potro corre sola alrededor.

Es la burla del muro, donde simples subían por un amor de apuro sus amarguras bebían.

Es la casa de Rahab, rumores de calle en calle, una mujer odiada, desleal alma solitaria del valle.

Dos hombres llegaron a buscar refugio no de sus emociones como los del prepucio.

Libertad proclamaban ella escuchó el anuncio su alma y cuerpo gemían por ser libre del gran suplicio.

Que debo hacer para volar, hasta encontrar la libertad, de esta prisión del deleite antes que mi vida sea tamo.

Escapa, huye con urgencia de tus placeres y emociones corre, clama con vehemencia a Aquel que libera corazones.

Llora en la puerta llena su alma de soledad sacude la huerta cansada de tempestad.

Tira la cuerda por la ventana donde recuerda será mejor mañana.

De su pasado se ha burlado su convicción le ha llevado hasta la tierra del gran Amado donde su vida ha transformado.

Rahab no es más ramera, se ha hecho reina como palmera, salva esta ahora de su quimera entre las santas está su litera.

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